Existen varias teorías que nos ayudan a comprender más a estos increíbles animales de movimientos sinuosos. Estas son algunas de ellas:
- Un sitio perfecto para observar. Los gatos son muy curiosos y les gusta tener todo “controlado”. Al subirse a un lugar elevado tienen la posibilidad de ver con mayor facilidad lo que ocurre a su alrededor. Los rascadores que ofrecen plataformas elevadas son con los que se mantendrán más entretenidos y, a la vez, les servirán para satisfacer sus instintos. Un lugar donde poder observar su territorio y descansar con privacidad cuando lo necesiten.
- Una garantía de ser el dominante. Si hay varios gatos en casa, seguramente alguno de ellos se querrá subir al sitio más elevado para sentir que es el que domina la situación. De este modo se sentirá el dueño de todos. Cuando viven en libertad, los felinos se suben a los árboles para observar los movimientos de su presa y cazarla. Desde la altura, dan rienda suelta a su instinto cazador observando a sus presas y protegiéndose de los enemigos.
- Un lugar más cálido. En invierno, los gatos se acurrucan en la parte superior, ya que es donde suele concentrarse el calor que desprende la calefacción de la casa.
- Un sitio seguro. Ante un peligro o una amenaza que puedan sentir, como la presencia de un perro, los gatos se suben a un lugar alto para sentirse más seguros. Desde la altura tienen mayor tiempo de reacción frente a posibles peligros.
- Un descanso más profundo. Los gatos son animales que siempre están alerta, por eso, a la hora de descansar, eligen un sitio elevado en el que puedan conciliar un sueño profundo. A lo largo del día duermen muchas horas, unas 16 horas diarias, y es por la noche cuando más activos están. Por ello, un lugar de la casa que se encuentre en las alturas, lejos de los ruidos y el movimiento de las personas, será el sitio ideal para no ser molestados durante su descanso.
Los gatos eligen zonas altas de la casa inimaginables para nosotros. Pero allí se encuentran cómodos y seguros, y adquieren posturas extrañas que para ellos son placenteras. Es importante dejar que se suban a las alturas que elijan, siempre y cuando no suponga un peligro para ellos. Y ofrecerles juguetes y accesorios para satisfacer esta necesidad. Trepando a las alturas y saltando de un lado a otro se mantienen ágiles y en un buen peso corporal.